Diferencias entre cómo vive un cerdo de granja y uno ecológico
por Ibéricos Marcelino en Jul 18, 2022
La producción de carne de cerdo ecológica es una alternativa a la producción de carne de cerdo convencional. La carne ecológica es mejor para ti y para el medio ambiente, pero tiene un precio más elevado y su crianza es lenta.
La gran parte de personas seguirán comiendo carne de cerdo. Por ello, es importante que tengan claro las diferencias que existen entre los cerdos ecológicos y uno convencional de granja más allá de su precio en el mercado y una mejor calidad de vida. A partir de aquí, cada uno puede tomar su propia decisión sobre qué tipo de carne merece la pena comprar.
1. Alimentación
La gran parte de los cerdos blancos en España son alimentados con piensos compuestos llegando hasta el 70%.
Entonces, ¿Cuáles son los secretos para aumentar el peso de los cerdos tan rápidamente?. Los ganaderos engordan a sus animales limitando sus movimientos y dándoles alimentos muy energéticos, pero la clave de esta capacidad de engorde rápido es la cría: la selección de razas que genéticamente engordan más.
Pero eso no significa que no sea importante prestar atención a lo que comemos. Hay muchos rumores circulando sobre la producción de alimentos, y mucha gente cree que a los cerdos se les inyectan hormonas que los hacen crecer más rápido. Sin embargo, no existen tales hormonas en el mercado.
Los cerdos ecológicos pueden ser alimentados con una dieta similar a la de los cerdos convencionales, con la excepción de que todo su pienso tiene que proceder de cultivos libres de transgénicos y en el que los pesticidas y otros productos químicos no están permitidos por la normativa ecológica.
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2. Espacio necesario
Los cerdos criados en España deben tener espacio suficiente para moverse libremente. La normativa es algo farragosa y especifica diferentes medidas según el tamaño y el estado de cría del animal, pero para las explotaciones convencionales, el espacio mínimo es de 0,65 m² por cerdo.
Como la normativa exige tan poco espacio por animal, la mayoría de las granjas ofrecen mucho más espacio del requerido. En verano, cuando hace mucho calor, por ejemplo, los ganaderos suelen tener menos cerdos en un espacio diseñado para 12 animales.
Los cerdos de las explotaciones ganaderas ecológicas deben tener al menos 1,5 m² de espacio cubierto y también acceso a una zona exterior de 1,2 m².
Las explotaciones ecológicas deben disponer de grandes superficies para cada animal (715 m² de pasto por cabeza) para garantizar el control del impacto ambiental de los residuos.
En nuestra dehesa, trabajamos con estándares mucho más altos. Los cerdos que aquí se crían campan a sus anchas por las dehesas durante los meses de bellota (de noviembre a marzo, aproximadamente), convirtiendo su dieta en una carne maravillosamente sabrosa.
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3. Veterinario
Los veterinarios prescriben tratamientos que garantizan la seguridad de los alimentos que consumimos.
Como los animales son seres vivos, se les puede administrar analgésicos y antipiréticos. Además, la normativa que regula la medicación estipula un "periodo de retirada" que garantiza que no queden restos de medicación cuando el animal es llevado al matadero.
Cuando se trata de cerdos criados de forma intensiva y extensiva, no se puede hacer una afirmación general sobre ellos.
Es importante tener en cuenta que los cerdos que viven al aire libre no están tan vigilados como los que viven en un entorno controlado, por lo que es más probable que contraigan enfermedades de los animales salvajes.
Algunas explotaciones convencionales siguen utilizando por defecto una gran cantidad de antibióticos en los piensos.
Los productores de carne de cerdo ecológica suelen recurrir a tratamientos alternativos, como la fitoterapia y la homeopatía, en lugar de la medicina convencional, que debe administrarse más lentamente de lo que exige la ley para los animales de granja.
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4. Vida
En cuanto a la alimentación, la primera gran diferencia entre los cerdos convencionales y los ecológicos es el tiempo que pasan con la leche de su madre. Se pasa de los típicos 21/25 días en contra de los más de 41 de los ecológicos.
La combinación de la genética, la alimentación y la limitación de los movimientos permite que los cerdos alcancen su peso óptimo de sacrificio entre los 8 y los 10 meses de edad.
Los cerdos criados de forma ecológica suelen ser sacrificados a los 12 ó 14 meses de edad y pesan menos que los criados de otra forma.
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