El cerdo ibérico es un producto valioso y tradicional, pero el origen viene determinado por su cría. El cerdo ibérico puro es el que se cría en libertad y en un sistema de crianza tradicional, lo que asegura la calidad de sus productos.
Podemos encontrar 3 tipos de calidad:
Bellota
El Ibérico de Bellota es un producto muy exclusivo que solo se puede obtener a partir de la crianza de los cerdos ibéricos en formas tradicionales.
La carne de los cerdos ibéricos criados en la dehesa es respetuosa con el ecosistema, porque esta forma de criarlos permite que sean libres y no dependan de alimentación artificial. Aporta un exquisito sabor a la carne sin perder su textura jugosa y firme.
La montanera, por lo general, surge en septiembre. Esta época de la temporada trae consigo temperaturas más bajas y lluvias abundantes que empapan la tierra, cosechan los frutos de otras plantas, de las que los cerdos se alimentaran.
Gracias a la coincidencia de que el ácido oleico de las bellotas es parecido al aceite extraído de los frutos oliva, hace que los cerdos contengan más energía.
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Cebo campo
A pesar de su fama mundial, a menudo se desconoce qué es la carne de cebo de campo. Se trata de una carne que procede de cerdos con una pureza racial ibérica especificada de no menos del 50%.
En cuanto a la calidad de la carne es muy similar a la de bellota, pero estos cerdos no han comido la misma cantidad de bellotas en su dieta.
Cebo
Es un tipo de cerdo ibérico, la principal diferencia es que no han disfrutado de la época de la montanera, así que son alimentados mediante cereales, cebada y trigo principalmente.
Suelen ser sacrificados con unos diez meses de crianza como poco.
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